sábado, 27 de febrero de 2010

¿CUANTO MANDAN LOS GANADEROS?


Parecía que sería uno de los "alicientes" ganaderos del próximo San Isidro pero al final Choperita, comparando precios, ha decidido no comprar la corrida de La Quinta. Los "santacolomas" de la familia Martínez-Conradi no pisarán el coso de Las Ventas y eso que tenían preparada toda la artillería.


Una vez más se comprueba, y van varias, que los ganaderos no pueden fiarse de la palabra del señor Martínez Uranga. Y casi siempre son los mismos.

3 comentarios:

Enrique Martín dijo...

A los ganaderos les estarán tomando le pelo el tiempo que ellos quieran. Si ante estos atropellos se unieran y dijeran que "hasta aquí hemos llegado" y ninguno aprovechara la oportunidad para colar su ganado, otro gallo nos cantaría.Igual si mandasen más los ganaderos, a lo mejor hasta mejoraba la fiesta.

Civilón dijo...

Si pero es que cada uno hace la guerra por su cuenta, y parece que estan pendientes de cuando le ponen la zancadilla a uno no para levantarlo sino para pisarlo y no dejarlo levantar.
Nunca ha habido union en el campo bravo y creo que nunca la habra porque los intereses chocan, o son los mismos los de Cuadri que los de Domingo Hernandez.
Desde luego que tenian darle un serio correctivo a gente como esta que lo que hacen es reirse de los ganaderos, lo hacen porque saben que tienen la sarten por el mango y como se ponga alguno gallito le cortan en seco.
Y el pagano ademas del ganadero es el aficionado que se queda sin ver una ganaderia que puede ser de su interes por el capricho de un "señor".
Asi funcion el sistema tristemente para los aficionados y los ganaderos, es asi.

raul dijo...

Los empresarios no suelen pagar al contado, liquidan a final de temporada y pagan lo que le da la gana al ganadero.
El unico ganadaero que tuvo valor para retirar una corrida y cargarla otra vez en el camion y llevarla de nuevo a la finca fue el salmantino Justo Nieto en el año 1981 en el mes de agosto y esa tarde no hubo toros, la embarco diez minutos antes de empezar la corrida.
Conoci bien don Justo Nieto y con su pan no jugaba nadie